Fuck me, Nancy, de Arturo J. Flores (Ciudad de México, 1978),
es una novela donde se plantea la historia de una Lolita revisitada: un conato
de romance entre Nancy, una ninfeta darketa de casi 20 años, estudiante de
Contaduría, y Xavier, un profesor de Literatura de casi 40. La disparidad de
pensamiento y de experiencias es abismal. Sus apariencias, también, son distintas:
él viste como viejito y su físico muestra señas de decadencia; ella posee una
innegable frescura juvenil y un halo misterioso y rebelde por sus ropajes
negros, piercings y numerosos tatuajes.
Ambos
comparten un fuerte hastío vital y una gran frustración: No se dedican a lo que
realmente aman: la Literatura. Se cortejan durante diversas citas en un lugar
donde nadie conocido los ha de encontrar: en un museo.
Ambos
disfrutan sabiéndose transgresores, particularmente Nancy, que siempre busca
salirse con la suya. En cambio, Xavier, esclavo en más de un sentido, encuentra
en sus escapadas los ánimos para retomar sus sueños y redescubrir el goce.
Puede
intuirse que el personaje del profesor es un alter ego del autor, cuyo segundo
nombre es Javier. Sólo que el profesor lleva el nombre con X. Y dos equis son
las que cruzan los pezones de la chica en esa foto que descubre al stalkearla
en redes sociales.
Ambos
protagonistas padecen erotolalia y subliman su deseo mediante los relatos que
intercambian, en los cuales hay resabios fantásticos y un gran sentido del
humor.
Si
bien abundan las guarradas que exhiben sus parafilias, también hay resquicios
para la poesía, para buscarle un sentido a la existencia: “Yo también venía
huyendo cuando la conocí. La vida se trata de seres humanos escapando todo el
tiempo. Nos hacemos adultos emigrando lentamente del país de la infancia. Nos
emparejamos para sacarle la vuelta a la soledad. Comemos para fugarnos del
hambre y la muerte no es otra cosa que la manera que encontramos de desertar de
la vida.”
Flores
anexa un curioso “Instructivo” que remite a las famosas instrucciones
cortazarianas de los Cronopios. Sólo
que estas son de índole erótica: “Para acostarse con una mujer que se pinta los
labios de negro”; “Para acostarse con una mujer que lleva un piercing”; “Para
acostarte con una mujer que se pinta el pelo de rojo”; “Para acostarte con una
mujer tatuada”.
Respecto
a los labios negros, se indica: “Rómpele
las medias con los dientes. Toma en cuenta que esa maniobra liberará sus
piernas y que con ellas podría estrangularte”; mientras que con la del piercing
aplica: “Siempre es recomendable llenar la noche de su boca con estrellas fugaces.
Utiliza las gotas blancas que brotan de ti cuando pienses en ella”; con las
pelirrojas, debe hacerse esto: “Después de hacerle el amor levántate de
inmediato. Nunca te quedes a dormir. La mujer que tiene rojo el pelo
aprovechará para abrirte las venas y desangrarte en una botella. Siempre necesitará
más pintura para el cabello”; y con la cubierta de tatuajes, procede: “Si se
rayó una flor en el cuerpo, arráncasela antes de irte. Colócala en medio de las
hojas de un libro”.
Fuck me, Nancy fue coeditada por Marvin y la Secretaría de
Cultura en 2016. Ha sido prologada por Mon Laferte, cantante chilena radicada
en México, quien destaca el tema de la procrastinación, así como las tramas
paralelas que vuelven más fluida la obra.
Elena
Méndez
____
Arturo J.
Flores,
Fuck
me, Nancy,
Prólogo: Mon
Laferte,
Col. Tinta
Sonora,
Marvin/Secretaría
de Cultura,
México,
2016,
204 pp.
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