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Affichage des articles du novembre, 2016

GOZAR LA NOTA: SALA DE REDACCIÓN, DE PABLO ESPINOSA

El periodismo cultural no debe limitarse únicamente a reproducir los boletines de prensa institucionales, como suele ocurrir en los medios mexicanos. Debe vivirse.   Y me consta que alguien lo vive: Pablo Espinosa, autor de Sala de Redacción (Secretaría de Cultura, 2016). Este volumen, que leí con gran regocijo, consta de 60 textos, de los cuales 57 son las esmeradas notas periodísticas de Espinosa, aparecidas originalmente tanto en el diario de circulación nacional La Jornada como en Revista de la Universidad . Los otros tres textos que acompañan la obra son una nota del editor, una introducción del autor y un muy lúdico prólogo de Elena Poniatowska, donde ennumera los múltiples talentos y datos curiosos que Espinosa comparte a los lectores. El autor, según me comenta en plática personal, no planeó que fueran 60 textos. Sólo que así quedó el material, tras depurarse. Pero en un azar cortazariano resultaron 60 textos, uno por cada año que ha vivido

LA INDEBIDA NOSTALGIA: SOFÍA O EL ORIGEN DE TODAS LAS HISTORIAS, DE RAFIK SCHAMI

Nostalgia significa, etimológicamente, “dolor por el regreso”. Ese es justo el tema central de Sofía o el origen de todas las historias (Salamandra, 2016), la más reciente novela de Rafik Schami (Damasco, 1946). Schami, cuyas obras se han traducido a treinta idiomas, se llama en realidad Suheil Fadél. Dicho seudónimo significa “Amigo de Damasco”, en lengua árabe. Tan amigo se considera de su ciudad natal que, pese a haber adoptado la nacionalidad alemana, no se olvida de sus orígenes. Salman Báladi –alter ego del autor- lleva cuarenta años lejos de Siria, de donde huyó tras participar en la guerrilla durante los afanes quijotescos de su juventud. Aunque ahora vive en Italia y es un exitoso comerciante de productos gourmet, la saudade no lo deja en paz. “La memoria es una ciudad invisible”, reflexiona. Esa ciudad invisible en la que habita sin poder confesarle a nadie -ni siquiera a su esposa Stella ni a su hijo Paolo- por qué extraña tanto las callejuelas damascenas: “Salma