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Affichage des articles du mai, 2017

PERIODISMO VUELTO LITERATURA: SALA DE REDACCIÓN, DE PABLO ESPINOSA

Sala de Redacción es periodismo vuelto literatura. Híbrido lúdico, creado por Pablo Espinosa, posee un estilo profundo y ligero, preciso y detallado, documentado sin ser farragoso, objetivo dentro de su subjetividad. Transmite el goce que el autor encuentra en realizar su oficio, aun en medio de las prisas, las fechas límites, los implacables cierres de edición. El volumen contiene sesenta textos que aparecieron, originalmente, tanto en La Jornada –donde es el editor de la sección Cultura- como en Revista de la Universidad . El volumen fue editado por la Secretaría de Cultura y está juguetonamente prologado por Elena Poniatowska, quien ha sabido permanecer, como pocos, en este oficio tan sacrificado y a la vez tan noble. Dice Poniatowska: “Si ignora que Memoria de mis putas tristes es el libro de García Márquez con más alusiones a la música clásica, platíquelo con Pablo Espinosa”; “Si cree que las microóperas de David Bowie son una obra maestra, dígaselo a Pablo Espinosa

ENLOQUECIDO PERIPLO: CUANDO TODO ERA PARA SIEMPRE, DE FEDERICO TRAEGER

Federico Traeger (Ciudad de México, 1958) era apenas un adolescente en los años setenta, época en la que ubica su novela Cuando todo era para siempre (Alfaguara, 2017), en donde se narra el enloquecido periplo de los Voorman, quienes súbitamente resultan billonarios al heredar una fortuna familiar.   Traeger, proclive a las tramas picarescas, pretende hilvanar una sarta de situaciones caóticas, dignas de un Xavier Velasco diabloguardanesco y empeñado en explicarlo todo. “Poderoso caballero es don Dinero”, afirmaba Quevedo. Acá en México se dice “Con dinero, baila el perro”. Es así como, pese a ser unos improvisados, logran realizar sus despropósitos, pues se apresuran a despilfarrar lo encontrado en el “laberinto gris” de sus excéntricas tías recién fenecidas, Gerta y Greta. Entre sus muchas posesiones, les dejan un gabinete de maravillas y un asistente al cual adoptan, llamado Florian, hermosísimo ejemplar de raza aria (guiño a los Lebensborn ), cuyo único defecto es

UN LECTOR VOCACIONAL, INVENTARIO (TOMO II), DE JOSÉ EMILIO PACHECO

  “Me interesa, nada más, hablar de lo que me gusta”: con esa contundencia, José Emilio Pacheco rehusaba la etiqueta de crítico. Se consideraba, más bien, un “lector vocacional”. Esa faceta se muestra espléndidamente en su Inventario, columna cultural que publicó durante cuatro décadas. El tomo II de Inventario contiene noventa y seis textos publicados entre 1984 y 1992 en el semanario Proceso . Según Gabriel Zaid, Pacheco “hizo talachas a las que nunca ‘descenderían’ hoy muchos becarios, periodistas culturales e investigadores que tienen cosas más importantes que hacer que cuidar los intereses del lector anónimo”. Pacheco pertenece, como Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes y José Vasconcelos, a la estirpe de grandes literatos mexicanos que “murieron con la pluma en la mano”. Lo que el autor afirmaba sobre Jorge Luis Borges bien puede aplicársele a él: “vio en nuestra miseria cultural una infinita riqueza: serán nuestras todas aquellas obras, ideas, estilos de que