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Affichage des articles du décembre, 2016

LUCIDEZ ALUCINADA: INSOMNIO, DE ELSA CROSS

El insomnio es una catarata por donde se desbordan los sueños: caen despeñados, estallan, se diluyen. Es un terreno fértil para la meditación; un tránsito imparable del pensamiento. El tiempo transcurre de otro modo, como en un ralentando . Elsa Cross lo sabe. Nativa de la Ciudad de México, en la que cada vez es más difícil dormir, celebra su setenta aniversario con un pequeño y exquisito volumen poético: Insomnio (Ediciones Era, 2016). Estos trece poemas fueron escritos durante dos años en dos ciudades distintas: Kolkata (nombre bengalí de Calcuta) y su lugar de origen. No es casual que uno y otro sitio sean conocidos como “La Ciudad de los Palacios” y en ambos la autora haya edificado un “no tiempo, no lugar” en el cual se agudizan los sentidos y la mente se vuelve toda contemplación. La oscuridad que todo lo devora se transforma en una lucidez alucinada que revela a sus criaturas. El silencio libera sus discursos adormecidos. Hay una fusión entre lo Inasible y lo Ine

LA INNEGABLE BONHOMÍA: EL CANTO DEL AEDA. TESTIMONIO DE CARLOS MONTEMAYOR, DE PABLO ESPINOSA

Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947-Ciudad de México, 2010) no sólo fue el último romántico. También fue el último renacentista mexicano. Nacido el 13 de junio, su planeta regente era Mercurio, lo que le confería una gran capacidad de expresarse. Murió el último día del segundo mes, el más breve del año, para alcanzar a despedirse de la primera década del siglo XXI y de la metrópolis de la que desde joven se apropió para realizar sus aspiraciones. Dotado de una innegable bonhomía, nada humano le era ajeno. Luchador social, se comprometió con la causa indígena, donde fue un revolucionario pacífico. De memoria prodigiosa, que le permitía lo mismo hablar doce lenguas que grabarse partituras enteras, fue más conocido por su faceta de escritor, en la que, sin embargo, concentraba todas sus pasiones. Pablo Espinosa (Córdoba, 1956), periodista cultural, tuvo el privilegio de ser su amigo durante treinta años. El canto del aeda. Testimonio de Carlos Montemayor (Univers