Una catástrofe, según la primera
acepción de la Real Academia Española, se define como un “Suceso
infausto que altera gravemente el orden regular de las cosas.”
Tryno
Maldonado (Zacatecas, 1977) se apropia del término para titular su más reciente
novela, Teoría de las catástrofes (Alfaguara,
2012), en cuyo prólogo explica: “En matemáticas, toda destrucción de formas
puede describirse por la desaparición de los atractores que representan esas
formas iniciales y su reemplazo por otros. Lo mismo ocurre entre individuos y
entre comunidades. (…) Las catástrofes son lo último que se borra de nuestra
memoria” (p. 11).
Así,
el suceso infausto es el conflicto magisterial en Oaxaca ocurrido en 2006, que al
autor le tocó atestiguar y cuyo testimonio plasmó en el blog Atari 2600. Dicha protesta fue
brutalmente reprimida por el gobierno estatal en turno.
Pero
no sólo esa calamidad es la que se registra en la novela, sino también las
secretas, igual de dolorosas. Como el progresivo declive entre la pareja
formada por Anselmo Santiago y Mariana Hernández, jóvenes desencantados ante
las obligaciones que pesan como un fardo, la necesidad que los apremia con su
cara de hereje, los sueños truncados por un sistema voraz.
Anselmo,
tras rechazar la única oportunidad de empleo más o menos decoroso que se le
presenta, se ve involucrado con los anarquistas de la barricada Flores Magón y
Roberto, un chef italiano, padre de un pequeño Asperger de genialidad
matemática.
Entre
los anarquistas destaca Julia, una mujer cuyo férreo carácter contradice su
complexión menuda. Ambos se enamoran y su relación se torna doblemente
clandestina al hacerse él partícipe de los actos subversivos de la barricada,
lo cual –por supuesto- ocurre a espaldas de Mariana.
Roberto,
al ver el cataclismo que se avecina, alega con aire filosófico: “Uno no debería
juzgar a tu generación por resguardarse en la desconfianza, en la acedia o en
el cinismo. (…) Cuando los individuos deciden enfrentarse a este país con
valor, este país sólo los puede vencer poniendo todos sus recursos en anular su
espíritu. En destruirlos. Y naturalmente, los destruye. (…) Este país quiebra a
los individuos. (…) Mata indistintamente a los muy buenos y a los muy dulces.
Mata a los muy talentosos y a los muy valientes” (p. 179).
Y
tal como lo pronostica, sucede. Pero aun en el terror, la desolación, la
violencia, la ruina, hay resquicios para mostrar piedad. Como la recaída de Mariana
donde Julia, su insospechada rival, le atiende con ternura. Como el llanto por
la muerte del Jaguar durante la cruenta jornada de octubre, deplorando la
existencia frágil y la putrefacción del sistema.
Un
elemento destacable de la obra es el hecho de que los protagonistas subvierten
los roles de género. Así, mientras Mariana lleva el sustento al hogar y posee
una personalidad incendiaria, Anselmo funge como amo de casa, sufre de “timidez
casi pedestre” y es seducido por las mujeres con quienes se ha acostado.
El
lenguaje del narrador es grandilocuente y las descripciones son prolijas; ello es
una virtud si se considera el extenso vocabulario del autor y la notable labor
de investigación que realizó para otorgarle verosimilitud a la historia –desde explicar
en qué consiste la diabetes que afecta a Mariana, el comportamiento autista del
niño Devendra, la fabricación de bombas caseras…)
Maldonado
es uno de los narradores mexicanos jóvenes más destacados. No en balde fue
finalista del Premio Herralde de Novela 2008 con su anterior novela, Temporada de caza para el león negro,
donde satiriza los caprichos del mercado de arte.
Esta
obra, aunque tarda en agarrar vuelo, logra su cometido de conmover, cimbrar, enfurecer
al lector, que se indigna ante la ignominia, dejándolo con la amarga sensación
de hallarse indefenso ante el mundo. Y
es que la vida está programada matemáticamente para hacerse pedazos.
Elena
Méndez
____
Tryno Maldonado,
Teoría
de las catástrofes,
Alfaguara,
México, 2012,
440 pp.
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