José Emilio Pacheco gozó en vida de ser profeta en su tierra y en otras tierras. Cinco años antes de su muerte recibió los dos máximos galardones literarios en lengua española: el Reina Sofía y el Cervantes. De manera póstuma, se publica Los días que no se nombran (Ediciones Era/El Colegio Nacional/UNAM, 2014), donde se reúnen 350 textos, pertenecientes a trece títulos, escritos a lo largo de 52 años. El volumen contó con la colaboración de Jorge Fernández Granados, quien también hizo un esclarecedor prólogo, bastante útil para los legos, ya que en él revela las claves que conforman la lírica de Pacheco. Por citar algunas: su lúcido pesimismo, la ironía, la alegoría, la fábula, la despersonificación. Hombre de gran memoria, obsesionado con el tiempo, Pacheco realiza un “drama en géneros”, a decir del prologuista, por la habilidad con que entrelaza distintos géneros literarios en su obra, sin sonar jamás rebuscado o pretencioso. Y es que sólo ambicionaba “el testimonio d...