Disparo al aire una confesión: nací y vivo en Culiacán, Sinaloa, ciudad considerada cuna del narcotráfico y de la narcocultura. Sé lo que es despertar de madrugada, escuchando a lo lejos (o ahí nomás, a la vueltecita) el infame estruendo de una cuerno de chivo. Me avergüenzo de las cruces que se alzan por mi capital, delatando cada ejecución, esparciendo el olor a pólvora y muerte. Por eso celebro que Armando Alanís Pulido, nativo de Monterrey, Nuevo León -otra conflictiva metrópoli norteña-, haya publicado Balacera, obra en que responde cada detonación escuchada con versos del más grueso calibre. Alanís, creador del proyecto Acción Poética -consistente en pintar bardas públicas con fragmentos poéticos- explica en este libro cómo la violencia en su urbe le obligó a replantearse dicho proyecto; a “tratar de recuperar las calles, las plazas (…) con un arma cargada de futuro, con versos, con poesía” (p. 91). Así, en Balacera rafaguea al lector con 67 textos, precedid...