La
dictadura de Muammar Gadafi ha sido uno de los periodos más cruentos que ha
atravesado Libia. Uno de sus más férreos opositores, el empresario y activista
Jaballa Matar, fue desaparecido por el régimen, aunque ya llevaba décadas como
prisionero. A la fecha se ignora su destino.
El regreso, novela de Hisham Matar, es un testimonio estremecedor.
Una bitácora de la desolación pero, también, una valiente denuncia de la
tiranía.
El
autor, nacido neoyorkino y con ciudadanía británica, ha recibido por esta obra
los premios Pulitzer para Biografía o Autobiografía, Folio y PEN America Jean
Stein Book Award.
Hisham
viajó a su natal Libia en 2012, junto con su madre y su esposa. Él llevaba
treinta y tres años fuera del país. Jamás había cedido en su búsqueda del padre,
encerrado en la monstruosa Abu Salim en 1990 y sin dar señales de vida desde hacía
varios años.
¿Por
qué Jaballa le resultaba tan peligroso al tirano? El propio autor lo explica: “sus
recursos económicos estaban a la altura de su compromiso político. Era un líder.
Sabía cómo controlar y organizar un movimiento (…) también tenía un don para
obtener grandes donaciones y viajaba por el mundo convenciendo a exiliados
libios ricos para que apoyaran su organización”.
Era
el único recluso que “cada noche, cuando la prisión se quedaba en silencio,
recitaba poesía en la oscuridad”. También era el único que tenía la entereza de
sugerirle a los compañeros que serían sometidos a desquiciantes interrogatorios
que lo culparan, de ser necesario.
Tras
entrevistarse en 2009 con un exrecluso que asegura haber visto a Jaballa siete
años antes -lo cual significaría que éste había sobrevivido a la masacre carcelaria
de 1996-, Hisham retoma con mayor esperanza su búsqueda. La trascendencia que
cobra el caso es innegable. “El embajador gritaba: ‘¿De dónde demonios ha
salido este Hisham Matar?’”. Acude a personajes relevantes como Nelson Mandela,
quien declina apoyarlo, pues se siente muy comprometido con Gadafi, que lo
había respaldado en su lucha contra el apartheid.
“Me
convertí en la espina del costado de los gobiernos libio y británico”, revela
Hisham. Ambos gobiernos habían establecido estrechísimas relaciones por aquel
entonces.
Logra
ser atendido por Seif el Islam, hijo de Gadafi, que pretende convencer a Hisham
y a su hermano Ziad de establecerse de nuevo en Libia, pero ellos ponen sus
condiciones para acceder. Sólo parcialmente se les conceden. Seif, sin embargo,
pronto habrá de desenmascararse.
Tras
la brutal represión de la disidencia, amenaza por televisión al pueblo: “Correrán
ríos de sangre (…) Este país nos pertenece”. Pero subestimó la voluntad
inquebrantable de opositores como el clan Matar, que no sólo había padecido la
ausencia de Jaballa sino también el confinamiento de otros familiares, quienes
estaban hartos de que “la dictadura libia, como un amante celoso y desquiciado,
se infiltraba en cada aspecto de la vida pública y privada”.
"Uno
escribe de lo que conoce. Las novelas descansan en la capacidad de tu corazón”,
declaró alguna vez Hisham Matar. Él, al reconstruir su propia historia con el
corazón, con las vísceras, con dolor y con rabia. Pero también, con lucidez y valentía,
descifra la pérdida, lucha contra el olvido, abraza el poder de la memoria y de
la libertad. Reinstaura la patria forzosamente abandonada.
Elena
Méndez
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Hisham
Matar,
El
regreso
(Título original: The Return),
Traducción: Javier Guerrero,
Col. Narrativa,
Ediciones Salamandra,
Barcelona, 2017,
272 pp.
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